Por Carlos Crismatt Mouthon
La década de los años 50s se inició con buenos auspicios para la educación. En 1952 se fundó el Colegio Nacional José María Córdoba, y sus primeros bachilleres se graduaron en 1957. Además, el "Conalco´" fue la primera sede que tuvo la Universidad de Córdoba en su inicio de clases en 1964.
Recuerda Edgardo Puche Puche en su libro Crónicas y Estampas de Montería, que entre los egresados de la primera promoción del "Conalco´" están Rafael Cardona, Eduardo Pastrana (El Pibe), Jesucristo Lara, Luis Sofán, Gustavo Rís, Remberto Ruíz y Hugo Buelvas. De la segunda promoción recuerda a Demetrio Álvarez, Ángel Espinosa, Jorge Gánem Robles, Medardo Rivera, José María Oviedo, Rafael Acosta, Jesús María Martínez, Sixto Canabal, Medardo Vega, Rafael Pineda, Juan Ruíz y el propio Edgardo Puche Puche.
Aunque ya existían instituciones educativas de gran trayectoria, los jóvenes monterianos tenían que viajar a otras ciudades para continuar con sus estudios de bachillerato. Vienen a la memoria el "Colegio San José" en Medellín, y el "Colegio de Bachillerato Anexo a la Universidad de Cartagena", de donde egresaron de la secundaria un buen número de los profesionales de esos tiempos.
De la primera mitad del Siglo XX se destacaron los siguientes colegios:
- Colegio Fenemino de la Sagrada Familia [1923]. Fundado por la Hermanas Terciarias Capuchinas.
- Instituto del Sinú [1924]. Dirigido inicialmente por Victoriano Valencia Villegas. Finalmente por Jaime Exbrayat Boncompain.
- Colegio Valencia Villegas [1932].Fundado por Victoriano Valencia Villegas, al retirarse del Instituto Sinú.
- Liceo Bolivariano [1948]. Fundado por Abel Duque Escobar.
Los estudiantes de esos tiempos aún recuerdan los libros que utilizaron en la escuela y el colegio. Entre estos clásicos se encuentran "La Alegría de Leer", "El Catecismo del Padre Astete", la "Urbanidad de Carreño", los libros de álgebra, matemáticas y trigonometría de "G.M. Bruño" y el "Álgebra de Baldor".
La Regla de Cálculo
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Antes de las calculadoras digitales, el instrumento de la época para realizar operaciones aritméticas, logarítmicas y trigonométricas era la regla de cálculo, que es en un juego de reglillas graduadas con tablas logarítmicas compactas. Fueron fabricadas en bambú, por su resistencia, flexibilidad y poco peso.
Para quienes no conocieron este ingenioso dispositivo, es importante señalar que en los años 50s y 60s los ingenieros se reconocían por la regla de cálculo que sobresalía del bolsillo de la camisa.
En este ejemplo, para multiplicar 3 por 2, el índice 1 de la escala C se sitúa sobre el 3 de la escala D de abajo [primer rectángulo rojo] y la línea marcada en el plástico deslizante se sitúa sobre el 2 de la escala C [segundo rectángulo rojo]. La respuesta, o sea 6, aparece en el lugar en que la línea fija del plástico deslizante cruza la escala D.
Hace cincuenta años la regla de cálculo se utilizó para el diseño de la gran mayoría de las obras de ingeniería civil, como edificios y puentes. Así mismo, sirvió para la construcción de los modernos medios de transporte, como los aviones, barcos y automotores. Y lo mismo, para muchos productos de la ciencia y la tecnología.
Quizás pocos conocen que la carrera espacial, tanto norteamericana como soviética, le debe mucho a la regla de cálculo. Los primeros vehículos espaciales, incluyendo los que fueron a la luna, fueron diseñados con esta herramienta. Y un dato especial, el Apollo 11 que llegó a la luna en julio de 1969 tenía a bordo reglas de cálculo, como material de dotación científica.
Para quienes piensan que la regla de cálculo es un objeto del pasado, aún se producen para ser utilizadas principalmente en las industrias aeronáutica y técnica. Dentro de éstas, es importante resaltar que la NASA todavía la utiliza.
Dentro de sus ventajas, se apunta que la regla de cálculo se puede hacer de materiales como el plástico, lo que la hace liviana, resistente y fácil de llevar. Muchos fabricantes de software dedicado a la construcción de máquinas y plantas, incluyen reglas de cálculo en este material para hacer los cálculos respectivos. Además, no necesita de electricidad, pantallas ni otros aditamentos, por lo que es excepcional para el cálculo rápido en cualquier lugar, y bajo las más difíciles condiciones.
La Alegría de Leer
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El Libro Primero de la Alegría de Leer fue escrito en 1930 por el médico Evangelista Quintana Rentería, nacido en el Valle del Cauca [Colombia]. De los pocos datos de su vida, se conoce que estuvo estuvo en París en 1928 en el VII Congreso Internacional de la Infancia y que en 1839 tambín fue a Buenos Aires como delegado al Primer Congreso Americano de Amigos de la Infancia.
Todos los libros de la serie fueron hechos a cuatro manos, con la colaboración de su esposa Susana de Quintana, quien era maestra graduada y especializada en Chile. Fue el primer bestseller de las letras colombianas, con un tiraje de más de un millón de ejemplares.
Los Colección de G.M. Bruño
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Sus libros de aritmética, geometría y trigonometría fueron los "cocos" de los estudiantes de varias generaciones. Muchos aprendieron y otros se rajaron. Pero lo que muy pocos saben es la historia que se esconde bajo el nombre de G.M. Bruño.
Dibujo del rostro del Santo Hermano Miguel Febres Cordero [1854 - 1910]. Para sus obras didácticas utilizó el seudónimo de G.M. Bruño.
En primer lugar, ese fue el seudónimo que utilizó el Hermano Lasallista Francisco Febres Cordero, quien vistió los hábitos con el nombre de Hermano Miguel. Y en segundo término, que el Hermano Miguel fue canonizado por Juan Pablo II el 21 de octubre de 1984 como San Miguel Febres Cordero.
Otras obras de G.M. Bruño.
Nació el 7 de Noviembre de 1854, en una colonial casa situada en la calle Real, hoy Bolivar, de la ciudad de Cuenca [Ecuador], y falleció en Premiá del Mar [España] el 9 de Febrero de 1910 luego de contraer una pulmonía. Su familia ha ocupado siempre un lugar distinguido en la vida histórica del Ecuador. Uno de sus parientes fue el ex presidente ecuatoriano León Febres Cordero. También tiene vínculos de sangre por la rama de los Febres Cordero con el santo venezolano José Gregorio Hernández.
El Álgebra de Baldor
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Muchos siempre han pensado que A. Baldor, el autor del libro de álgebra más famoso de América, era un matemático árabe. Así por lo menos lo insinúa el dibujo del hombre con barba y turbante, las palabras derivadas del árabe que están en los lomos de los libros y la cúpula de la mezquita que aparecen en la portada.
En realidad el doctor Aurelio Baldor fue un notable abogado y matemático, que nació el 22 de octubre de 1906 en La Habana [Cuba] y murió en el exilio en Miami [USA], el 3 de abril de 1978.
El Catecismo del Padre Astete
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El Padre Gaspar Astete, fue un jesuita español, que nació en 1537 y murió en 1601. Su obra más conocida es su "Doctrina Cristiana", mejor conocida como el "Catecisno del Padre Astete", que se imprimió por primera vez en 1599 y lleva más de 600 ediciones. Además, ha sido traducida a todas las lenguas europeas.
La Urbanidad de Carreño
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Su autor fue Manuel Antonio Carreño, músico y educador, que nació en Caracas en 1812
y murió en París en 1874. Fue el padre de Teresita Carreño, concertista y compositora venezolana de fama mundial, considerada como la más grande pianista de su época.
Desde su aparición en 1853, el manual se ha reeditado a travé,s de los años.
En realidad, la "Urbanidad de Carreño" tiene un nombre bien largo: "Manual de urbanidad y buenas maneras, para uso de la juventud de ambos sexos, en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre".
Su primera aparición se hizo por entregas en el año de 1853, y la editora Appleton & Co. de Nueva York lanzó en 1854 el primer libro.
Hábitos que son de mal gusto:
- Chuparse o morderse un mechón de pelo .
- Morderse las uñas o cutículas.
- Sentarse con las piernas separadas o con las piernas cruzadas o torcidas de una manera poco convencional.
- Masticar chicle mientras habla o con la boca abierta.
- Fumar en la calle o hacerlo sin haber pedido permiso a los presentes, especialmente a sabiendas de que el olor a cigarro puede ofender o incomodar a alguien.
- Tener un cigarrillo en los labios mientras habla.
- Hacer que los demás se sientan culpables o incómodos mientras comen algún delicioso postre solamente porque usted debe abstenerse debido a alguna dieta.
- Rascarse o pellizcarse la cara.
- Cometer la indiscreción de hacerle alguna pregunta íntima a alguien en voz alta: ¿ Es eso una peluca ?.
- Usar un cepillo o peine sucios.
- Aplicarse maquillaje o peinarse en la mesa de comer.
- Usar rulos en el cabello en público.
- Llevar esmalte de uñas descascarado, uñas partidas o maltratadas o, peor aún, sucias.
- Una línea demasiado dramática y notable que delimite claramente dónde termina el maquillaje y dónde comienza el color natural de la piel.
- Hablar demasiado o en detalle de excentricidades personales: operaciones, enfermedades, neurosis, alergias, accidentes, etc.
- Comer ruidosamente haciendo gestos exagerados.
- Introducir pedazos de comida demasiado grandes a la boca.